Sigo en transición y lo que se veÃa como el plan más prometedor, el camino que mejor pintaba para este espacio ya no va más.
Digámoslo como se debe: la onda ochentera tiene chato a medio mundo, producto de escuchar las mismas canciones una y otra vez y de esa ranciedad que ha adquirido la nostalgia por aquellos años y sus Ãconos "de culto", producciones locales de bajo presupuesto, pero que en sus tiempos parecÃan ser lo máximo. Aunque, contrario a lo que Ud. ya se estará imaginando, la onda ochentera no es lo que pretendÃa defender este espacio. Es más bien la década que le siguió.
La evidencia confirma que "es lo que se viene". Considerando la no despreciable cantidad de teenagers que ha convertido en figuras de culto a Ãconos de la década recién pasada, es cuestión de tiempo que esta generación post-dictadura llegue a ser profesional en la próxima década y con ello llame la atención de los dueños de medios como para hacer algo similar a lo que han hecho para nuestra generación en los últimos años. Un revival noventero generalizado y masivo.
Y urgando en el espacio temporal de los noventas, me doy cuenta que casi no me acuerdo de nada. Y lo poco que recuerdo no es para nada grato. Mi paso por la enseñanza media lo odié a muerte y en cuanto a música no salÃa del dance basuriento cuya última expresión fue mi fanatizamiento a la Radioactiva el año en que apareció (y estamos hablando de la original, "la energÃa que te mueve", no de la "retro-activa" actual que, dicho sea de paso, que alguien le cambie el nombre urgente). Si no era dance o discotequero, era fome. Asà de simple. A causa de este hecho ya consumado e irreparable, vi pasar enfrente mÃo todo ese movimiento al que llamaron "grunge" sin que se me moviera un solo pelo. Nirvana, Pearl Jam... no existieron simplemente. De lo que vi pasar harto y a la fuerza, gracias a mi hermana, fue de todo ese pop comercial y desechable, llámese Backstreet Boys, Spice Girls, Five, N'Sync y basofias similares, a través de un canal de cable de VTR que hasta hoy recuerdo por su pésimo sonido: The Box. El asunto mejoró luego por unos meses cuando nos pasamos a la compañÃa de la competencia que tenÃa un canal similar, Wurlitzer. Pero el poperÃo insÃpido siguió. Hasta que esos grupos pasaron de moda. Por suerte.
¿Que por qué me acuerdo de todo esto y lo escribo? Simplemente porque mi hermana en estos dÃas, gracias a la "magia" de Internet y ese vicio llamado Youtube, se encuentra efectuando su propio y personal "revival noventero". Fue recien ahora cuando pude recordar desde lo más recóndito a artistas poperos que duraron la nada misma (¿alguien se acordará de Belle Perez?) y además la siempre presente influencia mexicana que a través del canal Telehit dejaba caer por estos lados bostas como Kabah, OV7 y similares, de las cuales mi hermana se hizo fanática.
En plena noche, a las 4 o 5 de la madrugada, convirtiendo los videos .flv de Youtube a .mpg y copiándoselos a CD, es cuando me pregunto: ¿Por qué cresta tengo que recordar una época tan charcha para mÃ?
Asà que a los que les toque hacer un revival noventero que valga la pena dentro de algunos años, les aviso que van a tener que filtrar harta basura si quieren hacer algo de calidad. Porque yo, ni me siento capaz ni pienso hacer uno, al menos por ahora o mientras esa década no me traiga recuerdos que valga la pena traer a flote. Aunque algunos sean tan mierdosos que hasta floten solos.