Ayer, con David Gates de telón de fondo, tocó despedir las redes sociales.
Lo curioso es que lo que detonó finalmente dejar de usarlas no fueron los contenidos ni la toxicidad esparcida por quienes, de lado y lado (sÃ, de lado y lado) construyen su mensaje a punta de odio o fanatismo para conseguir un par de clics más. Fue la ansiedad. Esa ansiedad que te controla la mente, que te hace volver cada dos horas a ver si ha pasado algo o si esa persona que te interesaba te aceptó. Y, como de costumbre, y como ha sido mi historia, todo terminó de la peor forma.
Dedicar años a recordar cosas viejas usando redes sociales, no fue del todo una pérdida de tiempo. Volver en el pasado, a donde uno fue feliz, fue algo que me permità hacer y que le regalé a quienes pasaron por allá. Lo bueno fue que no estaba solo y, cuando los de siempre dejaron de venir aquÃ, encontré a otros por allá. Hasta que llegó un momento en que, al hacer el balance de lo bueno y lo malo, no dieron las cifras.
Mis redes personales desaparecieron. Las de este boliche, quedarán como archivo. Cerrar todo y dejar aquà todos los videos rotos de Instagram que van de este año serÃa hasta ridÃculo. Patético. Como armar un show tonto, cuando la solución, al menos en los papeles, era más fácil: simplemente, dejar de usar.
Nadie cachó que allá por ahora se terminó todo. Ya lo notarán.
"...and remember, goodbye doesn't mean forever..."
Dicen que dejar una esperanza duele menos.
Si hay algo que me interesa, curiosamente, es saber de dónde proviene el nombre de algunas cosas. Para empezar, y a propósito, entre las varias cosas que han aparecido buscando, está el motivo por el cuál este sucucho se llama como se llama. En la universidad, el año 2004, tuve un ramo que se llamaba Inteligencia Artificial. Un ramo que me lo eché dos veces. Una de las tareas era implementar en Prolog un “robot” que se moviera en un “mapa” y que se le pudieran dar órdenes de hacia dónde moverse y que además se le pudiera preguntar en cualquier momento su posición actual. El ejemplo de cómo deberÃa funcionar tenÃa como frase de bienvenida “Hola soy Pretoriano”. Algunas semanas más tarde, cuando se creó el blog, esa misma frase le puse como nombre. Y luego, con los años, llegó a tener el nombre actual. Y ese ramo no lo tomé nunca más.
YouTube da la opción de hacer un video de entrada, o trailer, o reel, o llámenle como quieran, para sus canales. Éste fue el que yo hice para uno de los mÃos.
(*) Actualización (14/04/2017): cambio de logo.
El antecedente de este espacio fue un blog enteramente personal, más precisamente una "bitácora", como en España se acostumbraba llamar, denominación que aquà heredamos. Eso fue Webzetera, un espacio que quiso ser algo bonito y con alma, que me sirvio para conocer buena gente, algunos con accidentes entre medio siguen hasta hoy, pero que tuvo un final triste. Un bajón depresivo que se arrastró por un par de meses me llevó a cerrarlo, un 3 de diciembre del 2004, dÃa viernes. Recuerdo que muchos se despidieron ese dÃa. Pero ya el lunes siguiente comenzaba nuevamente, en limpio y con otro nombre. Otra vez, con una orientación puramente personal. No le dije a nadie al comienzo. Pasó sus años como espacio personal, para luego comenzar de a poco a meter otros temas. La música. La tele. Incluso llegó a ser un espacio para dejarle algunas lÃneas más o menos seguido a la mujer soñada que aún no llegaba -y que aún no llega-. Pero el golpe de timón definitivo fue hacia lo retro. Eso coincidió más o menos con el boom de Facebook. Fue casi justo a tiempo.
Entre medio me metà a hacer podcast. Los primeros experimentos fueron dentro del primer año. Jugaba a hacer lo que hacÃan otros y que sentÃa que podÃa resultar. Mucho antes que se pusieran de moda los "youtubers", a 5 años de empezar el blog, me comenzaba a preguntar si era hora de hacer videos para el blog. Empecé a documentar la vida casera, publiqué un video de mi mudanza, traté de hacer trabajos pseudoartÃsticos, o sea de esas cosas que uno tiene todas las ilusiones de que fuera algo artÃstico, pero que se quedaban ahÃ. Pasé a la misma orientación personal de los comienzos del blog, pero en video. Hice una serie de 7 capÃtulos de mis primeras vacaciones "muy lejos de casa" que aún me emociona por algunos momentos al verla. Hice un "no-ticiero" agarrándome de titulares estúpidos de los publidiarios. Hice una serie de corta vida de monólogos siguiendo más o menos el estilo de los youtubers gringos aunque, mejor dicho, una youtuber canadiense que en ese tiempo hacÃa videos asÃ, pero que actualmente hace videos de viajes -muy interesante, vale la pena verla-. Algunas fueron buenas experiencias, otras más o menos y otras definitivamente nefastas -ya estaré comentando eso dentro de este mes aniversario-. Hice una serie de lo cotidiano, tratando de darle un toque artÃstico, que no sé aún si lo logré y en qué medida. El triste sepia fue por años el color dominante, hasta que ventilé todo este lugar y le dà vivos colores rojos y naranjas. Mientras tanto, logré hacer una serie vivencial en la que cuento historias cortas, grabadas en los mismos lugares en que las vivà y que, creo, ha sido lo más bonito que he hecho.
Han pasado tantas cosas y ha pasado tanta agua bajo la cuerda floja llevando tantas cosas. Pero eso ya formará parte de este mes aniversario. Un mes que no podrÃa llamar "de celebración" -porque aún siento que es como dice una canción de Christina y Los Subterraneos, o sea, que "no hay nada que celebrar"-. Más bien, y siendo bien generosos, un mes de conmemoración.
Para la posteridad, será un mes de recuerdos. De esos que siento que hasta el ruido de una pluma ha logrado hacer deslucir y que ahora comienzan a aparecer con la dignidad de quien siempre trató de hacer lo que muchos allá afuera aún buscan: hacer lo que le gusta.
"No entiendo la idea de menospreciar o desmerecer lo que se hacia por la entretención de los niños de aquella época. Comentarios como "jaja.. mira! que siútico!" o "campeonato mundial, cuando con cue... lo conocÃan en chile" dejan de manifiesto tu poco conocimiento de la programación televisiva de la época. Al parecer tienes mucho tiempo libre para buscar videos antiguos y eso siempre se agradece pero de ahi a la burla gratuÃta no me parece, menos viniendo de alguien que no ha hecho nada además de tener un blog con los aportes de otros."
Lata, pero tengo que aclararlo. En ningún caso aquà se hace menosprecio de nada. Sólo tomo las cosas de manera liviana. Nada más. Ciertamente en nada tiene que ver que no sepa nada de la tele de esos tiempos. ¡Todo lo contrario! Llevo años con ése tipo de intereses y lejos de esa actitud de quedarme sin saber nada, me tira mucho saber más. Tengo varios programas de recuento de la historia de la TV chilena, grabados por mà mismo, más todo lo que he encontrado (y respaldado) de YouTube. No me las sé todas, pero me gusta revisar, ahora que YouTube nos permite viajar en el tiempo, a veces quedándome durante horas. Pero hay algo en lo que difiero de muchos que gustan de ver estas cosas, y es que además de tomar algunas cosas de forma liviana, soy de los que piensa que no todo lo pasado fue mejor. No tengo por qué tirarle flores a todo lo antiguo. Si asà fuera... ¿Cuál serÃa mi aporte? Hay gente pidiendo que vuelvan los estelares o los shows de entretención de hace 20 o 30 años. Eso es utópico. Y pongo el ejemplo de la lucha libre, que es por excelencia el video "review" que menos se entendió de todos: simplemente quise mirar el tema de forma liviana, cuando nos hacÃan felices cosas simples. Y como espectáculo eran más que de culto, geniales. De otra forma no hubiesen sido lo que fueron. Y más aún, fue de los vÃdeos que más me entretuve haciéndole "review".
Finalmente, y aunque esos vÃdeos, como otras cosas publicadas aquÃ, las he discontinuado porque simplemente no me han gustado, nada me va a impedir intentar hacer nuevas cosas, porque podrá ser discutible la calidad de lo que sale como producto finalmente, pero hay algo para lo que no acepto discusión: estar haciendo lo que me gusta.
Y sobre lo de ocupar "aportes ajenos", sin comentarios. ¿O acaso quieren que "invente" un comercial ochentero para comentarlo?
Paz a todos.
El 19 de julio empecé lo que siempre escuchaba que era una buena práctica para un blog: entradas periódicas con temas fijos. Entonces pensé que era tanto lo que en su temática este blog podÃa incorporar que ordené los "temas" en secciones semanales, tomé "secciones" que venÃan de antes, le cambié de nombre a algunas y fusioné otras. Tal que todos los dÃas habÃa algo de acuerdo a este calendario, si se le puede llamar de alguna forma. Y yo me impuse mi propia máquina. De hecho, a veces dejaba varios post programados para que no me pillara la máquina. Pero tener un post al dÃa (ni hablemos de dos o más) era un lujo que se pueden dar los blogs colectivos, con columnistas que dedican al menos un par de horas a cada artÃculo. Yo estaba lejos de eso, por el contrario, siempre pensaba que el Canal no era un blog siquiera rescatable, era un mero juguete, mantenido en media hora diaria y de esos de la peor calaña, de los que se escriben en la cama antes de dormir.
Cada dÃa un artÃculo. ParecÃa casi estúpido, para un blog de circulación tan modesta como éste, imponerse ese tipo de compromiso. Al poco rato, en reemplazo de Don Podcast que se habÃa suspendido a mediados de julio, creé otro podcast en base a material original que duró tres capÃtulos y luego lo desaparecà de la faz del planeta. No era malo, pero habÃa salido mal evaluado en vista de la orientación que estaba tomando el blog. No era consistente con el "todo", en esos dÃas (que no son tan lejanos, ¡hace sólo dos meses!). Era como el "lejano" Vlog Tivi, pero en podcast. De hecho, fue casi el mismo esquema. Pero tenÃa un fantasma: el fantasma de la no aceptación de su versión padre, la del vlog. De ahà que los videos de ese canal de YouTube hoy en dÃa se publiquen todos ocultos, para que sólo sean accesibles desde aquÃ. La audiencia de YouTube sencillamente es otra para ese tipo de material. Siempre decÃa que en los vlogs populares, de esos en que se para un tipo frente a la cámara a hacer un monólogo, no cabÃa gente mayor de 25, tanto productores como consumidores de contenido. Y efectivamente es asÃ.
Al poco andar se sumaron dos vlogs, pese a que aún seguÃa ese fantasma. Ni el año pasado, cuando estaba el boom, hacÃa dos vlogs paralelos. Muchas veces ocupaba la tarde del domingo completa en grabar y editar, terminando de editar casi a medianoche y sabiendo que uno de los dos tenÃa que estar arriba al otro dÃa en la tarde. Ya con lo de restringir el acceso a los videos sólo desde este blog me sentÃa un poco más a salvo de gente que simplemente no entendÃa, o bien que no acepta que alguien de treintas juegue a ser joven. TodavÃa recuerdo cuando fue el terremoto del 2010 y las radios del grupo Dial se unieron en cadena para cubrir el suceso, emulando a IARC. Algunos teenagers y otros no tanto reclamaban con preguntas del tipo "¿Qué hace ese viejo hablando en la Carolina?". Y la verdad es que las cosas han cambiado y ese simple hecho lo demuestra.
Ya en septiembre las ganas empiezan a bajar. Las secciones se empiezan a repetir, ya no son regulares y los vlogs no salen todas las semanas. Entonces fijé el fin para el 1 de octubre. Hasta cuenta regresiva hubo al final de cada post. Esto siguió durante octubre hasta que hoy, finalmente, comienza una etapa de transición. Una transición hacia hacer otras cosas. O hacer las mismas, pero distinto. O en vez de cumplir como reloj, cumplir con algo que se note dedicado y "bonito". Algo como ser pastelero, dedicarse a sus pasteles y dejar los temas a los blogs temáticos.
La idea, en resumidas cuentas, es dejar un poco los hechos y los esquemas duros, como el año en que nació un cantante o cuando se publicó su primer disco o quién aparece en tal o cual comercial. En definitiva, dejar de lado lo frÃo y volver a lo cálido de antes, de antes de ese punto en el 2007 en que lo personal se empezó a achicar y resentir al lado de lo retro, en medio de una depresión no tratada y que recién ahora intento superar. Porque ése fue el motivo. No es que yo me quisiera volver temático, aunque estaba claro que siguiendo el boom de los blogs del 2004 toda la ola, de los que sobrevivieron, iba para allá. Junto con la agonÃa de los blogs personales, quienes seguÃan este espacio acusaron el cambio y comenzaron a irse, al tiempo que sus propios blogs dejaban de actualizarse. Aún no sé si fue lo uno o lo otro la causa, pero con la nueva orientación perdà mucha gente. Sin duda fue un precio caro. Ciertamente que no dejaré completamente de lado lo retro, porque ya es parte de mi personalidad, pero se abordará de otra forma. A esto, sumar otras cosas que en el pasado cercano me parecieron buenas y además fueron aceptadas, como la serie de vlogs Viv. Esta primavera-verano vuelve Viv, y ya hay dos lugares escogidos y otros más en veremos. Don Podcast, que aunque de podcast sólo le queda el nombre, se mantiene, pero haciéndole honor al "Don": sólo buena música, es decir, se acabó la chacota. Posiblemente vuelva "el podcast de los tres capÃtulos", ya en lÃnea con lo personal y con cierta dosis de ironÃa y humor como se venÃa haciendo, aunque todo controlado. En definitiva, recuperar lo personal.
Comenzando la transición, el primer cambio fue el logo. Hoy debuta este logo minimalista (siguiendo la moda) para comunicar definitivamente (o intentar hacerlo) que el lector objetivo es otro, más adulto y más maduro, pero no por ello más "viejo", dejando con dignidad lo que la juventud implica y representa, ojalá llegando a formar un todo coherente, en donde no conviva el intento de abarcar a los viejos nostálgicos con los jóvenes de los "veintes". Y aunque para muchos que sé que vienen de vez en cuando aquà no les haga sintonÃa, también a desmarcarme del famoso y trillado refrán "todo tiempo pasado fue mejor". Sólo fue distinto. Y si hace falta ser crÃtico en eso, aquà no faltará espacio para ello.
Y este post lleva la etiqueta de "personal". Como no lo hacÃa en mucho tiempo.
Gracias por estar. Y los buenos, que me sigan.
¿Quiere saber de qué hablo? Vea y cache.