"Mira este comercial, ¿quién sale ahÃ?", me dice. "No sé", le respondÃ. Cuando el comercial terminó, me dijo "Era la Javi, pero no le gusta que se lo recuerden".
Algo parecido me pasa con esto. No sé si todos quienes aparecen aquà hablarÃan con orgullo "Yo aparecà en el primer comercial de Mc Cola", o formarÃan grupos en Facebook o algo asÃ. Pero sobre lo que casi estoy seguro es que este comercial se hizo con el vuelto del pan. Cero gasto en modelos. Da la impresión que todos quienes aparecen aquà son hijos, primos, tÃos, abuelos de los dueños, de los gerentes o de los trabajadores.
Algo ahà usaron de 3D pero, fuera de eso, la factura es
increÃblemente artesanal. Deja ver una PYME al desnudo. Incluso por un
segundo nos dejan ver su fábrica. Pero como me caen bien las PYMEs, no
digo que sea malo. Es simplemente... "malito".
"Mc Cola es mejor, Mc Cola es sabor, Mc Cola es la única con esa sensación". ¿Cuál sensación? Sensación de que ojalá no me vean con la botella. Chan. "¡Y cuesta menos!" remata al final. Ahà quedó recontra claro hacia dónde vamos. Para vender un producto que destaca por ser barato frente a los gigantes, que con imagen y fórmulas secretas están en la cima, serÃa tirado de las mechas gastarse una millonada. Sobre eso, no hay más que decir. O talvez algo más para finalizar: el comercial sólo dura 22 segundos y lo pasaban en La Red. Fin.
A todo esto, ¿aún existe la Mc Cola?
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