Y otra vez miramos hacia una de las marcas favoritas de la casa (?!) Por alguna razón, ese cambio de década 80-90 tuvo mucho reloj por todos lados. Los relojes se habían convertido en un obsequio simpático y de bajo costo. Y así, casi en la misma época del “Pepsi Time”, la compañía de la “latita azul” también quiso tener su promo relojera. Los “amarrelojes” de Nivea Creme se conseguían con una ficha marcada dentro de las latitas. Cuando fabricaban en Chile podían hacer eso. Y no se complicaron con centros de canje: el cupón se enviaba por correo postal y el reloj se recibía a vuelta de correo. Y ahí te lo podías amarrar en el cuello, en las patas, como cintillo pa’l pelo, no sé po, ponte creativ@.
En este boliche amamos los canjes. O sea, los de antes. Porque, de los de ahora, nos reímos no más.
[vía]
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